martes, 30 de agosto de 2011

Diez cosas que nos enseñó Japón

1. ¡LA CALMA!
Ni una sola imagen de llanto exagerado o lamentos. El propio dolor ha sido “elevado”. ( A un nivel superior privado).
2.  ¡LA DIGNIDAD!
Búsqueda disciplinada de agua y comida. Ni una sola mala palabra o gestos rudos.
3.  ¡LA HABILIDAD!
Increíbles arquitectos. Muchos edificios se afectaron pero NO cayeron.
4. ¡LA GRACIA!
La gente COMPRÓ solo lo que necesitaban, así TODOS podrían conseguir algo.
5. ¡EL ORDEN!
Ningún saqueo. No bocinazos ni bolleos en las carreteras. Solo entendimiento.
6. ¡EL SACRIFICIO!
Cincuenta trabajadores se quedaron para echar agua de mar sobre los reactores nucleares. Cómo podrían algún día pagarles?
7.  ¡LA TERNURA!
Los restaurantes redujeron los precios. Nadie se aprovechó de los cajeros. Los fuertes cuidan de los débiles.
8. ¡EL ENTRENAMIENTO!
Los mayores y los niños todos sabían exactamente que hacer. Y SIMPLEMENTE LO HICIERON!
9. ¡LA PRENSA!
Mostraron una magnífica moderación en los reportajes. No estúpidos reportajes. Solo calma.
10. ¡LA HONRADEZ!
Cuando la luz se cortó en las tiendas, la gente regresó las cosas a sus estantes y se marchó tranquilamente.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La ‘Sexalescencia’: Tener 60 en el Siglo XXI



Si miramos con cuidado, podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años: LA ‘SEXALESCENCIA’
Es una generación que ha pateado fuera del idioma la palabra “sexagenario”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales, el hecho de envejecer.
Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la “adolescencia”, que también fue una franja social nueva, que surgió a mediados del siglo XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entónces dónde meterse, ni cómo vestirse.  Este nuevo grupo humano que hoy ronda los 60, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.
Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico, que tanta literatura rioplatense le dio durante décadas  al concepto del trabajo.
Supuestamente debe de ser por esto, que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado, disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad y siguen ‘creciendo’. Disfrutan, porque después de años de trabajo o crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos, bien vale ‘mirar el mar con la mente vacía, o volar una paloma desde el 5º piso del apartamento.’
Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante.  Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres sólo podían obedecer y de ocupar lugares en la sociedad, que sus madres ni habrían soñado con ocupar.
Esta mujer ‘sexalescente’ pudo sobrevivir a la borrachera de poder, que le dio el feminismo de los 60´, en aquellos momentos de su juventud, en el que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad.
Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, otras eligieron tener hijos, otras eligieron no tenerlos, fueron periodistas, atletas o crearon su propio “YO S.A.”.  Pero cada una hizo su voluntad.
Reconozcamos que no fue un asunto fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.  Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo;  la gente de “sesenta”, hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida.  Se escriben y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono, para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias.
Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo.  Raramente se deshacen en un llanto sentimental.
A diferencia de los jóvenes, los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota a lo sumo… y a otra cosa.  La gente grande comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada.  Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo.
Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette.  En lugar de eso, saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente, o de una sonrisa iluminada por la experiencia.
Hoy la gente de 60, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE; antes los de esa edad eran ‘viejos’ y hoy ya no lo son; hoy están plenos física e intelectualmente, hacen el amor como si tuveiran 20 ‘primaveras’, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben.
La gente de 60 de hoy, celebra el sol cada mañana  y sonríe para sí misma muy a menudo… Quizás, por alguna razón secreta, que sólo saben y sabrán los de sesenta en el siglo XXI.
A disfrutar la vida!!

lunes, 22 de agosto de 2011

Hasta siempre amigo y compañero Joan

He vuelto a sant feliu despues de unos dias fuera y me encuentro con la desagradable noticia de la marcha de nuestro amigo y compañero Joan Morejon, desde aqui nuestra condolencia por parte de la A. V. V. de Can Calders a su compañera y esposa Isabel Huguet asi como a su hija y demas familiares. Despues de muchos años luchando por la justicia social de nuestra ciudad codo con codo, cuando estemos reunidos con representantes de las administraciones, nos parecera extraño y echaremos en falta Tu presencia y tus  profundas y acertadas palabras.
  Hasta siempre amigo                   

lunes, 15 de agosto de 2011

Panem et circenses ( Pan y Circo)

Como en épocas del imperio romano, las diversiones populares despiertan pasiones irracionales para impedir que la ciudadanía tome conciencia de sus verdaderos problemas. La única diferencia es que hoy nadie regala trigo ni pan.


En el siglo I, en tiempo del imperio romano, el poeta Juvenal escribió en una de sus obras la expresión panem et circenses: pan y juegos del circo. Frase peyorativa que ironiza la práctica de los emperadores romanos que, para mantener tranquila a la población y ocultar sus canalladas, proporcionaban al pueblo alimento y diversión gratis: regalaban al populacho trigo, panes y entradas para los juegos del circo (circenses); carreras de cuadrigas, luchas de gladiadores y otros.  Así mantenían al pueblo distraído y alejado de la política. En nuestros días, para referirse a tal práctica gubernamental, antes se decía “pan y toros” y, durante la dictadura franquista, “pan y fútbol”.

Hoy, los antiguos juegos circenses son mucho más variados. Fútbol, bodas reales, televisión basura, estupideces varias de presuntos famosos que no hacen ni han hecho nunca nada que valga la pena pero llenan horas de programación televisiva en permanente ejercicio de mal gusto, impudicia y analfabetismo funcional...

A diferencia del tiempo del imperio romano, hoy nadie regala trigo ni pan; no se da nada, más bien se recorta, se quita, mientras una situación injusta global y delictiva hace que las gentes pierdan el empleo y no puedan ganarse el pan, símbolo de mínima vida digna.
Mientras más de dos mil millones de personas (un tercio del planeta) seguían por televisión la boda del heredero de la Corona británica William y la ciudadana Kate, el gobierno del conservador Cameron continuaba con su programa de recortes sociales, pero aceptaba pagar la enorme factura por esa boda. Al mismo tiempo, FMI y Unión Europea imponían fuertes recortes sociales a Portugal para poder recibir el rescate financiero, como reducir pensiones, disminuir prestaciones por desempleo a la mitad y recortar el gasto en educación y sanidad. También acogotan a Irlanda y Grecia y extorsionan a España para que vulnere más derechos humanos sociales y económicos de ciudadanos, de los que casi cinco millones están en el paro. En España también, la multinacional Telefónica despedirá al 20% de su plantilla,  aunque en 2010 obtuvo más de 10.000 millones de euros de beneficio. Un récord.

En España, una mujer que ronda la cuarentena, cuyo único presunto mérito es que estuvo casada con un torero mediocre, ocupa las pantallas televisivas con honorarios de ejecutivo de multinacional y, para más inri, es nombrada “princesa del pueblo” por las nutridas masas consumidoras de televisión basura. En otro punto del arco mediático, los partidos que enfrentaron al Real Madrid y al Barça en cuartos de final de la Liga de Campeones europea dieron pie a horas y horas televisivas, dando vueltas sobre la rivalidad entre ambos equipos y sus entrenadores. Nada. Pero el público está entretenido.

Panem et circenses (perdón, hoy sólo circenses): Despistar, distraer para mantener a la ciudadanía alejada de sus intereses reales. Pues de eso se trata, de convertirnos de nuevo en súbditos, como en el ancienne régime antes de  la democracia.

Pero somos ciudadanos, no súbditos. Súbdito es el natural de un país sujeto a la autoridad de quien detenta el poder con la obligación inevitable de obedecerle. Sin derechos. Ciudadano es la persona que tiene derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Derechos. E interviene en el gobierno del país. Debería. Y esto no es un ejercicio académico;  es el corazón mismo de la democracia. O no hay democracia.
Pues bien, todo el entramado consumista mediático equivalente a los romanos juegos de circo, armazón que oculta o anestesia, que fomenta irracionales pasiones futbolísticas, que programa basura televisiva... persigue un objetivo evidente: impedir que la ciudadanía tome conciencia de lo que ocurre, que ignore que violan sus derechos y, sobre todo, que toda la fuerza y energía que dedicaría a defender sus derechos la diluya en las falaces pasiones por fútbol, bodas reales y otros juegos circenses de nuestro tiempo.