sábado, 18 de septiembre de 2010

SIEMPRE A SIDO ASI

El Médico de Familia inglés, Ronald Gibson, comenzó una conferencia sobre conflicto generacional, citando cuatro frases:

1) "Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos."
2) "Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible."
3
) "Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos."
4) "Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura."
Después de enunciar las cuatro citas, el Doctor Gibson, observaba como gran parte de la concurrencia aprobaba cada una de las frases. Aguardó unos instantes a que se acallaran los murmullos de la gente comentando lo expresado y entonces reveló el origen de las frases, diciendo:

La primera frase es de Sócrates (470 - 399 A .C.);
La segunda es de Hesíodo ( 720 A .C.); La tercera es de un sacerdote ( 2.000 A .C.);
La cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia (actual Bagdad) y con más de 4.000 años de existencia;
Y ante la perplejidad de los asistentes, concluyó diciéndoles:
Señoras Madres y Señores Padres de familia:
RELÁJENSE, QUE LA COSA SIEMPRE HA SIDO ASÍ...

miércoles, 15 de septiembre de 2010

CARTA DE UN INMIGRANTE AFRICANO A LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Señoras y señores de la sociedad española, las palabras no sabrían transmitir lo que siento en este momento en el que me han obligado ¡a la fuerza a volver desde donde he venido! No me ha dado tiempo a decirles lo que me ha empujado a emprender este largo y penoso viaje durante el cual han muerto muchos de mis compañeros de infortunio. Pensaba contárselo en persona, una persona que muestra sobre sí los rastros de los malos tratos y de los sufrimientos de un pueblo oprimido y explotado. Pero este muro que ha sido levantado entre ustedes y yo, hace imposible cualquier encuentro verdaderamente humano entre nosotros y nos obliga a mirarnos desde lejos como el perro y el gato, aunque todos somos ciudadanos del mismo mundo. Dado que no podemos ya hablarnos, permítanme mirarles a los ojos, a través de este muro de separación en forma de alambrada, que ahora separa África de Europa y simboliza la falsedad de la relación que han creado nuestros gobernantes entre el norte y el sur. Este muro de separación, esta alambrada, refleja esta falsa relación en la que las materias primas que vienen del sur y los productos acabados del norte, entre ellos las armas, pueden circular, pero no los hombres. Ha sido totalmente imposible encontrarnos como verdaderos hermanos y hermanas. Por ello, lean en mis ojos, señoras y señores, el sufrimiento y el dolor que llega de nuestras tierras en las que las multinaciones siembran la muerte y el desarraigo y quieren crear un campo de ruinas en el que sólo haya materias primas, bosques y animales salvajes, para el placer de los turistas. Es el único medio que me queda para que sepan todo lo que sufrimos en África y las causas que producen dichos sufrimientos. Ya sé que los medios de comunicación quizás no se harán eco de mi voz, ni los políticos hablarán en sus reuniones sobre los derechos humanos, porque en el fondo, mi vida como la de todos los pobres del mundo, no cuenta para ellos. ¡Nos sacrifican sin escrúpulos ni vergüenza!
Efectivamente, señoras y señores de la sociedad española, yo soy africano. Vengo de un país empobrecido; un país que ha sido saqueado por las multinacionales occidentales desde hace varios siglos y que ha sufrido guerras atroces, a menudo presentadas como guerras civiles, pero que en el fondo son guerras económicas montadas con el único objetivo de saquear nuestros países y enriquecerse al igual que los dirigentes africanos, desgraciadamente al precio de la muerte de millones de mis hermanos y hermanas. ¿De verdad no podemos construir otro mundo en el que cada persona pueda vivir en paz? Comprenden ustedes, somos víctimas de un empobrecimiento continuo, organizado desde occidente, y ejecutado a menudo por medio de nuestros propios dirigentes al servicio de las multinacionales. Son estas guerras de las que yo huyo y de la miseria que han engendrado en mi país. Quiero sobrevivir y ayudar a vivir a mi familia que se ha quedado en Africa. No quiero morir como una rata atrapada en un incendio. Por eso, como superviviente, vengo a denunciar ante ustedes esta situación inhumana y a pedirles que nos ayuden a construir un mundo justo y humano. Lo que deberíamos comer, lo que debería ayudarnos a desarrollar nuestros países, va a occidente, bien para pagar las deudas que no hemos contraído nunca, bien para comprar armas que nos matan y nos amputan los miembros, haciéndonos así incapaces de contribuir a nuestra propia subsistencia.
Por eso, nos encontramos en una situación tal que no podemos ni cultivar nuestros campos, ni dormir tranquilamente, ni pensar en el futuro de nuestros hijos y de nuestros hermanos. Todo lo que producen nuestros países, sirve a los intereses de las multinacionales apoyadas por los gobiernos europeos y americanos y por nuestros propios gobiernos; mientras que nosotros nos morimos de hambre. En nuestros países, la muerte se ha convertido en un hecho banal; se ve morir de hambre a los niños día tras día, pequeñas enfermedades que podrían curarse fácilmente con un poco de dinero, son causa de numerosas muertes… ¡Ese es nuestro día a día! Como pueden imaginarse, es muy doloroso ver morir de hambre a un niño entre tus brazos, como me ha ocurrido a veces; o haber visto morir a mi padre de una malaria sin importancia, que se curaría con pocos medios en cualquier centro de salud. Verdaderamente, ustedes ven hechos parecidos en la televisión; nosotros, por desgracia, nos codeamos con estos horrores todos los días, e incluso entre estas víctimas se encuentran nuestros propios familiares. ¿Creen que se puede soportar una vida así?
Por la noche, mientras esperamos el momento oportuno para poder franquear este muro de separación, nos decimos adios los unos a los unos, porque, en el fondo, ninguno de nosotros sabe qué tipo de cartucho utilizarán los militares que vigilan la alambrada o si uno de nosotros recibirá un tiro o en qué parte del cuerpo. Tampoco sabemos cómo caeremos desde lo alto de una alambrada de seis metros… Y yo me pregunto, ¿será hoy mi último día? Y durante este tiempo, pienso en los compañeros que ya han muerto en este intento y ¡siento desfallecer mi corazón! Pienso en mi familia, en mis amigos que siguen en África, ¡en mi futuro! ¿Qué futuro? No tengo ninguno... Me siento perdido; me siento inútil, inexistente, como si no tuviésemos ningún valor a los ojos de este mundo; como si no fuésemos más que bestias, sólo buenos para el holocausto y el sacrificio. Pero ¡eso es injusto! ¡Tengo que saltar la alambrada! ¡Me doy cuenta de que no tengo elección! Mientras tanto, pienso en mi país, pienso en todas las riquezas naturales que tenemos. ¿Qué riquezas, me pregunto? ¡Todo lo que hay en nuestros países no nos pertenece!
Todos los días asistimos impotentes a nuestro expolio; quien osa abrir la boca recibe un tiro en la nuca. Por el contrario, occidente nos regala armas y las matanzas continúan en nuestra tierra. ¿Por qué en lugar de ayudarnos a salir del agujero en el que nos encontramos, se nos hunde cada vez más? De hecho, la miseria en lugar de disminuir en nuestros países, aumenta día tras día... Nuestros hijos se encuentran así condenados a vivir con los traumas de la miseria y bajo la amenaza incesante de las guerras. Aquellos que consiguen escapar de la guerra, ¡mueren de hambre! ¡Estamos condenados a la miseria en países en los que el oro, los diamantes, el coltán, el cobre e incluso el petróleo fluyen a raudales! Y ¡siempre para el bienestar de otros! El mundo es malvado ¿verdad? No se sorprendan si lloro mientras hablo; es horrible lo que estamos viviendo. Por eso, con amargura intentaré escalar el muro cuando el momento sea favorable. Vivir o morir, ya me da igual. Nadie se preocupará de mi suerte... Díganme, señoras y señores de la sociedad española, ¿qué mal hemos hecho para merecer esta suerte?
Y mientras pasa el tiempo, siento surgir en mí otro sentimiento. No estamos malditos. ¡Este mundo puede cambiar!, me digo. Nosotros también somos hijas e hijos de Dios, a pesar de la miseria y de las guerras. Por eso he decidido tentar a la suerte y venir aquí a su país, para ver si puedo encontrar un trabajo ¡con el fin de sobrevivir y ayudar a vivir a los huérfanos que mi padre me ha dejado! No, no crean que ha sido fácil dejar a nuestras familias, sin saber a dónde vamos, si llegaremos o si podremos regresar. No crean que ha sido fácil para mí dejar a mi madre enferma, sin saber si la volveré a ver con vida y sin saber qué ocurrirá a mis hermanos y hermanas. Pero, ¿qué puedo hacer? No tengo elección. Me hace falta imperativamente ganar lo necesario para comprar medicinas para mi madre enferma, por miedo a verla morir como a mi padre; me hace falta ganar dinero para poder escolarizar a mis hermanos pequeños para ver si mañana quizás pueden salir del grupo de los sacrificados. Quiero trabajar para poder comprar medicamentos para mi hermano que padece el sida. Sólo pedimos eso. Saben ustedes, ¡es penoso ver morir a tu familia ante tus ojos sin poder hacer nada! ¿Creen que es fácil vivir como yo?
He aquí porque he corrido el riesgo de desafiar todo tipo de dificultades de un largo y penoso viaje y que, por suerte, he podido sobrevivir y ahora me encuentro delante de este muro de separación, que me impide decirles cara a cara mi dolor. Pero me queda la posibilidad de que al mirarme lean ustedes a través de mis ojos todo lo que sufro. Les ruego no piensen que es normal que vivamos así. Porque es sencillamente el resultado de una injusticia establecida y sostenida por sistemas inhumanos que matan y empobrecen. Por eso, vengo a pedirles que no apoyen este sistema con su silencio; al contrario, que el sufrimiento que transpira mi piel les haga comprender que es imposible ser un ser humano y callar frente a estas atrocidades inhumanas.
Dios sabe que no soy ni un ladrón ni un bandido; soy simplemente el grito de una víctima, que como todo el mundo, quiere vivir con el sudor de su frente. Estoy seguro de que si conociesen mi historia y la de mis compañeros, no me obligarían a volver de donde vengo ni me abandonarían en un desierto sin ninguna posibilidad de supervivencia. Repito, quiero vivir y ayudar a vivir a mis hermanos, ¡sólo pido eso!
¡Tras los muros de separación de Melilla, Bashige Michel, inmigrante!

lunes, 13 de septiembre de 2010

La nueva etapa del Tibidabo | El control de los ciclistas

Collserola restringirá la libertad de las bicis cuando sea parque natural

Pedalear por caminos de menos de tres metros de ancho y a más 20 km/h podría ser sancionado

Los responsables del pulmón barcelonés confían en consensuar un marco legal contra el incivismo


Lunes, 13 de septiembre del 2010 
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / Barcelona
Collserola es el gimnasio de muchos vecinos del área metropolitana. También funciona como zona de ocio, rincón de pensadores, edén familiar, inspiración de artistas e incluso como nido de amor de jovencitos y jovencitas que estrenan coche y amor. Todos esos usos, tan incrustados en el Tibidabo como el propio jabalí, deberán someterse a los cambios que comportará la pronta declaración de parque natural, una nueva denominación de origen que llega con casi dos años de retraso y de la que se conocen pocos detalles. Más allá del aumento del número de hectáreas, lo único que se intuye es una mayor regulación del uso de la bicicleta de montaña, una de las prácticas más extendidas y cuya libertad de movimientos será restringida por la vía de la sanción.
Aspecto que ofrecía la carretera de las Aigües ayer a mediodía.
Edición Impresa 
 
Son pocos los ciclistas que lo saben, pero las normas del parque ya prohíben desde el año 2000 circular por caminos de menos de tres metros de ancho y superar los 20 kilómetros por hora. Tampoco está permitido organizar carreras ni practicar ciclismo de competición. Muchos se sorprenderán de la existencia de un reglamento, ya que en la montaña no hay un solo cartel que dé cuenta de estas limitaciones, que sí aparecen, en cambio, en la web del parque o en la guía de itinerarios editada en diciembre del 2007.
UN MENSAJE QUE NO LLEGA / Marià Martí, director gerente del parque, reconoce que la entrada de la Generalitat en la gestión del pulmón barcelonés es un paso «esperado», tanto por la inyección de dinero como por el «nuevo marco legal» que trae adosado la declaración de parque natural. Esta nueva categoría permitirá convertir en multas lo que hoy en día sería una simple advertencia.
Lo ideal, apunta el director de Collserola, es «encontrar el equilibrio entre la biodiversidad y el uso público», un objetivo que ahora depende de la bondad ciudadana y que en el futuro tendrá el incentivo de la multa. Isabel Raventós, responsable del servicio de uso público del parque, apunta la necesidad de «poner en valor Collserola, de manera que la gente sea consciente de la fragilidad del entorno y actúe con mayor sensibilidad». «Hay muchos ciclistas que circulan con cuidado, pero hay muchos otros que tienen una empatía nula y que lo único que buscan en el Tibidabo es quemar adrenalina», afirma. Centenares de vídeos colgados en internet en los que pueden verse vertiginosos descensos por las laderas de la montaña -afición cada vez más generalizada entre los adolescentes- respaldan su tesis.
EL PROBLEMA, UNA MINORÍA / Martí insiste en que nadie quiere prohibir las bicis de montaña -como sí se hizo en el parque natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac- y recuerda que el problema que hay que tratar es «la mala praxis de una minoría». La dirección se plantea cortar el acceso a algunas zonas del parque y espera que el desembarco del Govern «aporte más presencia policial para hacer cumplir las nuevas reglas de juego». Por ahora, las policías locales de las localidades limítrofes son las encargadas de vigilar el área. En el caso de Barcelona, los tres distritos de montaña (Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Nou Barris) destinan varias unidades, equipadas con motos, a la vigilancia diaria del parque.
En cuanto a la gestión futura, una de las opciones, explica Raventós, sería adaptar «normas vigentes en otros parques naturales», aunque la peculiaridad de la zona y la sobreexplotación que vive desde el boom ciclista de los años 90 obligan a establecer unos mandamientos y una tabla de sanciones propias.
Martí reconoce que Barcelona todavía no ha resuelto el problema de la conectividad con el Tibidabo, lo que propicia que muchos ciclistas vayan por el camino de en medio. El director admite que la capital catalana «no ha sabido recuperar la línea de montaña como sí se hizo con el litoral en 1992» e insta a «unir amablemente cordillera y ciudad a través de corredores».
El complicado maridaje entre uso público y respeto por el entorno será pues uno de los mayores retos del nuevo parque natural. Se trata, en definitiva, de lograr una sana convivencia entre lo que habita el lugar -la flora y la fauna- y los visitantes humanos. Si Barcelona alucina al ver un jabalí en la plaza de Lesseps, imaginen qué deben pensar ellos cada fin de semana en la carretera de las Aigües

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El niño que le quitó la sed a medio millón de africa

Ryan nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene 19 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua, pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día de hoy Ryan –con 19 años- tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.

jueves, 2 de septiembre de 2010

UNA HORA DE TU TIEMPO

PARA PADRES OCUPADOS SOLO EN TRABAJAR OLVIDANDO  SUS OBLIGACIONES 

-Papá ¿Cuánto ganas por hora?
El padre dirigió un gesto muy severo al niño y repuso:
-No me molestes, que estoy cansado.
 
-Pero ... papá –insistía- dime, por favor, ¿Cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue menos severa. Solo contestó:
Ocho euros por hora.
 
-Papá ¿Me podrías prestar cuatro euros?
El padre montó en cólera y le dijo:
-Vete a dormir y no me molestes.
 
Había caído la noche.
El padre había meditado lo sucedido y se sentía culpable y, queriendo descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto de su hijo. En voz baja preguntó al pequeño:
-         ¿ Duermes hijo mío ?
-         Dime Papá.... (contestó entre sueños).
-         Aquí tienes el dinero que me pediste (respondió el Padre).
 
El pequeño le dio las gracias y metiendo su manita bajo la almohada sacó unas monedas.
-Ahora ya completé el dinero.... tengo ocho euros.  ¿ Me podrías vender una hora de tu tiempo? ...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

LLEGAN LAS FIESTAS DEL BARRIO

Este mes de septiembre, llega como cada año las fiestas del barrio de can calders, con una serie de actividades destinadas a la gente de todas las edades, habiendo actividades para todos los gustos, una de nuestra actividad estrella son las MIGAS, un plato exquisito por excelencia que repartiremos gratis a todo el mundo.