miércoles, 14 de marzo de 2012

Reducción del impuesto de la basura por buenas prácticas

Algunas ciudades españolas conceden bonificaciones en las tasas de recogida de la basura a personas y empresas que depositan los residuos directamente en puntos designados para ello
El último informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE) revela que la producción de residuos urbanos se incrementa en una tasa mayor que el crecimiento de la economía española en su conjunto. La cantidad de basura producida por habitante supera los 500 kilos anuales, dato que refleja el aumento continuado de esta cifra durante la última década. Qué hacer con la basura, por tanto, es un problema no sólo para las familias, sino también para las autoridades de todos los países del mundo, aunque cada vez se tome más conciencia de que un correcto tratamiento de los residuos resulta beneficioso para todos.
Esta iniciativa tiene el objetivo no sólo de incentivar las buenas prácticas ciudadanas, sino también de aplicar lo que se conoce como 'fiscalidad verde'
En este sentido, las tasas españolas de reciclado se encuentran por debajo de las fijadas en el Plan Nacional de Residuos Urbanos (PNRU), aunque algunas ciudades han dado un paso adelante con la puesta en marcha de medidas que contemplan bonificaciones en las tasas de recogida de la basura para quienes depositan sus propios residuos en puntos determinados. Esta iniciativa reduce los gastos de los ayuntamientos, beneficia a los ciudadanos más comprometidos con el medio ambiente y fomenta la concienciación de que la basura tiene un largo recorrido hasta ser tratada. "La recogida selectiva de basura supone un coste alto para los ayuntamientos. Una manera de reducirlo es que el propio ciudadano vaya a los contenedores específicos y deposite personalmente los residuos de forma selectiva. De modo que es positivo que algunos ayuntamientos reduzcan el coste del tributo de los ciudadanos que lo hacen", señala Ana Yáber Sterling, directora del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales, de la Universidad Complutense de Madrid.
Tarjeta de la basura
En Barcelona, la Entidad del Medio Ambiente del Área Metropolitana gestiona el programa "Ir a la deixalleria [punto verde] tiene premio". La regla es muy clara: cuanto más se utilizan los puntos verdes del área metropolitana de la ciudad, mayor es la reducción de la tasa metropolitana de tratamiento de residuos (TMTR), que puede llegar a un 14% en el ejercicio siguiente. El funcionamiento del programa está basado en el uso de una tarjeta magnética familiar, semejante a las de crédito, que registra el número de veces que el usuario deposita su basura en las más de 50 instalaciones incluidas en el programa (entre puntos verdes fijos y móviles), además de la información de dónde suele hacerlo.
La bonificación será aplicada en el importe total de la tasa metropolitana de tratamiento de residuos del ejercicio anterior
Para darse de alta basta con presentar el contrato firmado con la compañía de agua. Según datos de la Entidad del Medio Ambiente, fueron distribuidas cerca de 13.000 tarjetas hasta diciembre de 2006. Si se tiene en cuenta que cada tarjeta es familiar, la entidad estima que el número total de usuarios del programa podría ser de 40.000 personas. Cada una de ellas recibe un descuento del 1% en la tasa de la basura por cada traslado hasta el punto verde, pudiendo obtener la reducción máxima mencionada de un 14%. La primera vez no cuenta, puesto que es el momento en que se debe aportar la documentación necesaria. A partir de ahí se van sumando los descuentos: un 1% en la segunda vez, un 2% en la tercera, un 3% en la cuarta, y así sucesivamente. La bonificación será aplicada en el importe total de la TMTR del ejercicio anterior en forma de descuento. Otro punto positivo del proyecto es que la tarjeta no tiene coste de mantenimiento y puede ser compartida entre familiares.
Esta iniciativa tiene el objetivo no sólo de incentivar las buenas prácticas ciudadanas, sino también de aplicar lo que se conoce por 'fiscalidad verde'. Según el informe del OSE, "el sistema tributario español no ha desarrollado actuaciones relevantes en el campo de la tributación ambiental fundamentales para el desarrollo sostenible, con la salvedad de la fiscalidad sobre las aguas". El documento señala a Andalucía, Cataluña y Galicia como las comunidades autonómicas que mejor aplican los impuestos ambientales